El Hotel Diana se encuentra a pocos pasos de la Piazza San Marco, dominada por el majestuoso campanario y la maravillosa basílica. Poblada por antiguos cafés, desde donde suenan suaves melodías, es un verdadero salón de piedra de Istria. Sugestiva y acogedora, sobre todo en las primeras luces del sol.
En la época de la República, cerca de la Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal alojaba a los poderosos Dogos y estaba conectado a las Prisiones por el Puente de los Suspiros, cruzado por los condenados, que suspiraban desconsolados. Hoy el palacio de mármol bicolor conserva un encanto inimitable y está rodeado de tiendas de marca y restaurantes. 

Pasado el espléndido Palacio Ducal, se llega a la Riva degli Schiavoni, donde se extiende la cuenca de San Marcos, con la Isla de San Jorge, impregnada del ambiente arcaico del siglo X. A la derecha se yerguen los perfiles de la Basílica de la Salud, amada por los venecianos, que cada noviembre celebran su fiesta homónima.
A la izquierda, la mirada se extiende por la orilla que pasa por el acceso a los astilleros del Arsenal y llega hasta los Jardines, donde se celebra la famosa Bienal de Arte. En el horizonte se divisa la isla del Lido de Venecia, sede de la magnífica Muestra Internacional de Cine.